El abuelo siempre habla de múltiples historias y no para. Si uno inicia el día a un lado de él, es seguro que acabará llegando tarde a la Universidad, la facilidad con la que ha encontrado la manera de interactuar y liberar tanta información es impresionante y aún más, cuando es consiente que la mitad de las veces no estamos prestando mucha atención. Él es bueno y sabe que perdimos interés hace mucho tiempo, pero no le importa, aún así cuenta cada historia que a vece

s quisiera tirarme de la risa por las ocurrencias que saca. Un día llegué muy triste de la escuela porque había terminado con mi novia Gabriele , no sé que cara traería que el abuelo de inmediato me miró y dijo » Niño ese amor es viejo y no tiene caso que lo alimentes pues seguirá encerrado». -¿Perdón?. Abuelo como sabes que es sobre amor lo que tengo. El abuelo me mira con unos ojos tan sabios y tiernos a la vez que sólo responde con una sonrisa que no me deja duda a dónde va. Estoy tan enojado, triste y confundido que decido subir a mi cuarto y por el momento no preguntarle más. Llego a mi cama y doy vueltas y vueltas. Sólo puedo pensar en lo que Gabriele me dijo » Me encantas, me divierto pero no puedo amar a alguien». No puedo entender esas palabras, cómo puede existir algo como eso en el mundo- no puedo amar- que tontería. Después de un par de horas de dar vueltas sin ninguna mejora, decido bajar al refrigerador a tomar algo fresco y veo a mi abuelo sentado en la mecedora que tanto adora mirándome, cómo si me estuviera esperando para algo. Me acerco un poco extrañado y le pregunto si hay algo que no me ha dicho que deba saber. Asiente con la cabeza y me pide que me siente a su lado. Cualquier otro día me hubiera librado antes de que siquiera me viera, pero esta vez es diferente. Inicia diciéndome que hace muchos años una pareja fue castigada por una curandera que se vio ofendida al mirar a su hija partir con un simple obrero maduro y sin aspiraciones .Esto provoco que ella abandonara su escuela de ritos y magia que deseaba heredarle y así, un buen día harta del amor infantil que profesaban. Se acercó a ellos lanzando una maldición que le impediría a ella volver a amar a cualquier hombre que se pusiera en su camino y muy pronto ella lo comprobó. Su amor desapareció lentamente y sus ganas de vivir se esfumaron. La consecuencia de una vida así termino cuando un día ya no despertó. En su cama lo único que se pudo ver era un candado grabado con su nombre y la fecha de su muerte. Nadie pudo jamás abrirlo y fue donado al muro de candados que hoy aparece en la calle Ende. Lo interrumpo y le pregunte qué tiene que ver eso con que me haya cortado mi novia y él respondió. » Esa joven tiene atrapada un alma que fue castigada y no puede liberarse, lo siente todos los días y la perseguirá por siempre». ¿Cómo estás tan seguro abuelo? Su nombre yace en el grabado de ese candado que puedes admirar en la fila E del muro de los candados. Más tardó en terminar, que en lo que me tomó salir corriendo a buscar el mentado candado y saber si el abuelo me está jugando una broma. Llego con la respiración acelerada y con muchas posibilidades de vomitar del esfuerzo, lentamente recupero el aliento y busco la fila E, una vez en ella levanto la vista e inicio la búsqueda de abajo hacia arriba. Al llegar al centro de la fila y justo a la altura de mis ojos, me detiene un escalofrío que me recorre el cuerpo de punta a punta al mirar el costado de un candado viejo. Tiene una fecha y un nombre grabado: la fecha es 1970, el nombre…Gabriele.
Inspirado en una foto publicada por Zai Aragón de quien me he vuelto fan por su gran ojo ante el mundo.
más detalles de su trabajo en http://www.zaiaragonblog.com
Que miedo … !