Son sus ojos, su mirada felina, su manera tan cercana de tocar la vida de saciarse todos los días de ella, de mirar con afecto y sinceridad, de disfrutar a cada persona a su alrededor, lo que representan y al mismo tiempo respetarlos. Es una fuente constante de contaminación, pero de alegría, de vida, de libertad, una profunda libertad de espíritu. Nunca había conocido a alguien con tan tremenda convicción de ser feliz sin proponérselo. Tan feliz de ser feliz y a la vez tan confundida por serlo todos los días.
Tiene una labor importante con el mundo, debe tenerla, no puede parar, cada viaje, cada persona que saluda con esa energía de un “hola” sincero lleno de confianza. No es algo planeado, su espíritu le demanda conocer gente, lugares, historias. Como una paloma mensajera de ojos aceitunados y bellos, va por cada mano y cada rincón contaminando de mensajes. El mío me pegó de frente y me ha generado nuevas inquietudes.
A veces, las personas menos esperadas son las encargadas de moverte la conciencia y liberar tu espíritu.
Un pequeño agradecimiento de lo que dejaste M&M.