Con todo lo malo que ha estado aconteciendo en Japón, desde el desastroso tsunami y ahora el tema de las plantas nucleares en fukushima mucha gente se va con la finta de lo que pasa en las noticias. Los japoneses ahora son cuestionados por el uso de energía nuclear cuando su cultura, su tecnología y su disciplina es de las más admiradas en el mundo. Sin duda como todas las civilizaciones tienen grandes errores y cosas graves que cuestionar y no usaré este blog para defender a nadie, pero si para contar lo que yo viví en Japón y lo que pude conocer de esta gran cultura que espero puedan compartir conmigo un día.
Esta serie de relatos son anécdotas que me pasaron al vivir el enigmático japón hace algunos años…
TOKYO TOWER
Jamás creí que existiera una replica de la Torre Eiffel en otra parte del mundo y ahora que estamos visitando Tokio con mi hermano y mi amigo oscar nos damos cuenta que no sólo existe una, sino que es gigante. 333 metros de alto es aún más alta que la torre parisina según nos dicen y pesa mucho menos que esta, sin duda es por la tecnología de armado que sólo los japoneses tienen y que diseñaron desde 1958 inspirados en la gran Torre Eiffel.
Cuando preguntamos si tenía algún uso turístico más que comercial, nos responden que sí, aparte de de ser un gran atractivo turístico, cuenta con un enorme acuario y un museo, aparte del obligado mirador de la ciudad. Es también sede de las telecomunicaciones más importantes de la ciudad. La historia para conocerla en persona fue increíble pues lo hicimos antes de visitar Roppongi, el barrio de moda en japón donde los bares establecidos cuentan con las mejores versiones del mundo en cuanto a música, puedes ir a bailar salsa a un bar latino o si te late el hip hop, o electrónico hay mucha variedad en la zona y normalmente también extranjeros. Con ese marco como referencia para nuestra fiesta y sabiendo que tardaríamos mucho disfrutando de la noche, Mine nuestra anfitriona en Japón, nos llevó a conocer la Tokyo Tower que según nos decía al arribar las doce de la noche se apagaba unos minutos y se decía entre japoneses que si estabas presente debajo de ella y con amigos, provocaría que sus amistades nunca se rompieran.
11 años después puedo decir que funcionó. Nos bajamos en la estación de Akabanebashi que está a 5 minutos de la torre, compramos unas cervezas y decidimos esperar recostados cerca de la gran torre. Mine, Maki, Abraham y yo. De pronto y por 1 minuto se apaga la torre, una sensación de paz recorre todo tu cuerpo y aunque no creas del todo la historia de los amigos, te deja una gran sonrisa haber estado presente del otro lado del mundo en este acto de una gran obra arquitectónica oriental.
Después de la torre danzamos en roppongi hasta el amanecer con la consigna de que perderíamos el tren e inevitablemente dormiríamos en la calle. Al salir resultó que había un Mcdonalds o «macudonarudu» como le dicen los japoneses que es 24HRS WOW nuestra salvación de cena en vez de tacos y un asiento donde cabecear por turnos para esperar el tren…Un Mctrío por favor!!
Japòn, pueblo milenario que siempre ha convivido con las bondades que le puede dar la naturaleza o de sus tragedias. Naturaleza tan bella y tan cruel a la vez. Que a veces te despierta con los rayos del sol iluminando un cielo azul hermoso sobre un aire frìo rodeado del cantar de sus pajaros o tan imponente y despiadado que destruye todo a su paso. Los japoneses son un pueblo sabio, perseverante, disciplinado, aguerrido y fuerte. Hoy viven una tragedia, una gran tragedia en varios frentes: el humano y el ecologico,
Es facil estar del otro lado y criticar que esta bien que esta mal, pero cuando lo vivimos no se ve asi. Hoy los japoneses no necesitan que los critiquen sino que los apoyen. Solidaridad ante la tragedia. unidos como seres humanos. La luz al final del tunel se ve lejos, pero a pesar de todo, saldràn adelante, porque su gente y la historia, asì lo han demostrado. BANZAI! BANZAI! BANZAI!
basai!!!