La conocí en la presentación del festejo del Bicentenario en México en 2010. La vi, la escuché y me cautivó, y lo hizo por muchas razones, era una directora de orquesta, mexicana y con una energía impresionante , algo que con mi poco o casi nulo conocimiento de música sinfónica alcanzaba a percibir. Era simplemente… diferente y especial. Escasos 30 años y una experiencia tremenda con las mejores orquestas del mundo.
Hoy después de ser invitado al concierto «Travieso Carmesí» que presentó Alondra de la Parra en el Auditorio Nacional, junto a Ely Guerra, Denise Gutiérrez y Natalia Lafourcade, tengo muchas palabras para describir lo que me inspiró:
- Acierto, haber elegido a Natalia y dejar que propusiera a las otras dos cantantes.
- Acierto, haber combinado la fuerza de mujeres apasionadas, rockeras y diferentes con la orquesta que ella dirige.
- Acierto, combinar la sensualidad de las intérpretes con su fino gusto por la música tradicional mexicana.
- Acierto, arrebatar de la tele a jóvenes generaciones y sacar de la pijama a los más exigentes abuelos en un mismo espacio. El Auditorio Nacional
Con una sonrisa hermosa Alondra se presenta ante su público, tiene una dosis de ternura cuando habla y al mismo tiempo una fuerza seductora cuando dirige, parece que con la batuta guía y con la otra mano saborea cada nota. Su pasión, sus gestos, su entrega cuando siente y vive su música, le da una cachetada con guante blanco a los más ortodoxos críticos de música que solían admirar a los directores acartonados y tiesos que históricamente nos acostumbraron a ver.
Alondra no sólo disfruta de su música, te contagia de su magia, sus ojos se encienden con las notas, su rostro enamora cuando saborea la combinación de cuerdas con la que mece nuestras emociones. Su personalidad encanta y su carisma no permite quitarle el ojo de encima.
Es joven, es mujer, es mexicana y es una fuerte inspiración para muchas mujeres que se preguntaban si se puede transgredir espacios destinados históricamente para hombres. Ella no sólo responde, arrebata el SÍ para los cuestionamientos estériles mientra juega con su batuta.
Escuchar a Ely Guerra cantar»La llorona» fue un pedazo de cielo» con esa voz firme y sensual que sólo ella tiene. Natalia Lafourcade llenaba el auditorio de ternura y picardia con «Farolito», mientras Lo Blondo arrojaba magia con una voz limpia y mística en «Zandunga».
El concierto tenía una propuesta armoniosamente erótica y sensual pero llena de origen, de raíces mexicanas y canciones que suelen ser usadas como el mejor de los poemas, no por aquellos que lo escriben, sino por aquellos que los necesitan para expresar lo que alguien más con dominio, plasmó en partituras. El gran cierre lo dio el maestro Armando Manzanero con su piano de cola y su versión de «Adoro» en maya.
Sin duda «Travieso Carmesí» el nuevo disco de Alondra de la Parra, será un hitazo que vale mucho la pena disfrutar en casa.
P.D. El amor no conoce de batutas…sólo de partituras.
Síguele la pista en;
http://www.alondradelaparra.com/index.php
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