Confieso tener una gran debilidad por las mujeres que considero ciudadanas del mundo y un gran respeto por aquellos ciudadanos que decidieron hacer del mundo entero su hogar no su país.

Ya sea con cámara en mano, con una sonrisa, con música, con letras… Los ciudadanos del mundo tienen algo en común, no pueden parar, no saben de ataduras, amorosas, laborales o familiares. Que no significa que sean ermitaños o tan egoistas que no se les pueda tratar. Al contrario, quizá sea esa energía y ese carisma el que los hace siempre volar, compartir y absorber eXperiencias.
Su historias son siempre tema de conversación para quienes las y los conocen. América, Asia, África,Europa u Oceanía. No hay fronteras ni geográficas ni monetarias. Quizá los principales obstáculos que el resto de nosotros siempre nos ponemos como un primer freno para salir por el mundo con poca ropa y mucha actitud.
¿Pero cuántos de estos ciudadanos hay en el mundo?

Afortunadamente miles, unos más exóticos que otros, pero están en cada camino en el que prestes atención y estés dispuesto a observar con detenimiento.
¿Por qué el dinero no es un freno?
Porque no decidieron viajar para comprar souvenirs para todos los amigos y familiares. No es su manera de demostrarles que los quieren. Por qué las comodidades están en su vocabulario expresadas de un modo distinto: 4 paredes, agua para lavarse y un lugar seguro para dejar sus cosas. Porque ganar dinero tiene un objetivo claro antes de buscarlo y todo es una inversión constante en vivir y conocer un mundo nuevo.
¿Por qué dedicarles este espacio?
Porque soy un maldito romántico que con cada encuentro confirma el verdadero sentido del vivir y que trata de generar el eco que me provocan para que más de nosotros despertemos del estrés, de limitaciones materiales y de frenos mentales impuestos por nosotros mismos. No hay más tiempo para vivir que el hoy. Si aprendemos a morir con intensidad viviendo al máximo el hoy, nuestro fin será sólo un merecido descanso en consecuencia.
![]](https://merolico.files.wordpress.com/2011/09/050920116741.jpg?w=300&h=225)
- Para Di de Portugal que con una sonrisa toca las almas más duras e inspira a su paso a cada persona.
- Para Zai de España que con su cámara comparte el mundo que atraviesa y siempre deja algo muy de ella a su paso.
- Para Maíra de Brasil que en poco tiempo me dejo una gran sonrisa.
- Para las hermanas Jolanda y Carmen de Suiza que me dejaron ver cómo ni las razas nos hacen tan distintos.
- y para todos los demás que he conocido en mi camino y hoy sin recuerdo de sus nombres se vuelven anónimos viajeros.
Que bonito esse relato sobre os cidadãos do mundo…enquanto puder por uma mochila nas costas e alçar vôo por este mundão à fora, o farei de braços abertos!!!!! Compartilhamos uma estrada, não foi mesmo, e isso foi o suficiente pra nos reconhecermos???
Bonita lembrança, besitos, Maíra Zenun
Así es Maíra para reconocernos bastaba un plática sencilla y una misma misión: vivir nuevas eXperiencias. Qué bueno que te gustó el post. Un beso
No me habías dicho nada de esto… ¡Eso se avisa, hombre! Que me hace mucha ilusión 🙂
Zai.
jajaja te mande la liga cuando lo escribí pero creo que entre tantos mails que nos mandamos con lo de los hoteles se ha de haber pasado, Espero te haya gustado.
No lo dudes, me ha encantado!
No me habías dicho nada de esto… ¡Eso se avisa, hombre! Que me hace mucha ilusión 🙂