Siempre he creído que hay personas que todos los días salvan al mundo. Muchos quizá piensan que no hay nada que hacer, que la basura, la contaminación, la violencia,el hambre es una batalla con final anunciado. Yo considero todo lo contrario y por eso escribo esta historia.
Día 2 en la Habana vieja.
Salimos de un lugar llamado la Cueva y nos encontramos con un taxista cubano de nombre Fran, desde el inicio nos da mucha confianza y pronto nos damos cuenta que es muy tranquilo y decente. Nos deja sus datos por si necesitamos pasear por la Habana y mi amigo Pedro le toma sus datos.

Día 3
Luego de visitar el famoso cañonazo del Morro en la Habana se me acerca un taxista para ofrecerme sus servicios y ya que debíamos regresar al Hotel, le indico que sí lo necesitamos. Caminando nos bromea diciendo que mis amigos parecen Italianos más que mexicanos y sin más le pregunta a mi amigo Pedro sí su acompañante es amiga o algo más. Él seguro y tranquilo le dice que son grandes amigos únicamente. ¡Error! Raúl, el taxista empieza a hacer algunas bromas sobre lo linda que es Paulina e incluso en broma y en serio, le dice a Pedro que se la cambia por 4 cubanas para que se case con él y se lo lleve de ahí. Risas de todos y antes del Hotel nos lleva a cenar, se sienta con nosotros y asume que le pagaremos la cena, nosotros espléndidos como siempre no nos quejamos pero lo vemos muy aprovechado y nos genera desconfianza. Todo el camino nos ofrece chicas para llevarlas al Hotel y le decimos que no venimos en ese plan. Nos recomienda un bar cerca, nos deja media hora y regresa con dos chicas mientras me dice » Mira lo que te traje jaja» Se sientan las entrevistamos, se expresan pésimo de los mexicanos pero al final nos preguntan que si las llevaremos al Hotel. Las rechazamos y nos dicen «cobardes» jajaja nunca me habían dicho algo así y viniendo de una chica de estas, lo tomamos como un cumplido por ser firmes en nuestras convicciones.
Día 4.
Raúl se aparece en el lobby del Hotel sin que lo hayamos solicitado y nos quiere llevar a dar la vuelta, por la noche habíamos decidido que ya no lo contrataríamos así que le decimos que nos quedaremos en el Hotel ese día, cosa que por supuesto él no cree y dice que regresará como a las 2 pm para ver que se nos ofrece, insistimos que nosotros le hablamos pero no entiende razón. Nuestra salida es llamarle al amable taxista que conocimos de nombre Fran.
Pasa por nosotros y empieza la Odisea…

Fran nos lleva a visitar la plaza de la constitución, la catedral, la plaza de las palomas, El castillo, el faro,dos gardenias, pronto hacemos una gran amistad y nos dice que le ha platicado a su esposa de nosotros y nos quiere invitar a cenar unos tamales preparados por ella, eso nos parece más que un honor y siempre nos agrada que algún nativo nos invite a su casa luego de conocernos.
Antes de ir a su casa pasamos a ver el último atardecer de nuestro viaje en la Habana y él se acuerda que me gusta la trova y al ver a un dueto de viejitos pasar, los llama para que nos canten algo. El momento fue único y se lo sigo agradeciendo.

Al meterse el sol nos dirigimos a su casa y pasamos por un helado para llevarles pues sabemos hay una niña de 5 años en casa. Al llegar notamos que su familia brilla de una manera especial, son esa clase de personas amables y buenas, trabajadores y dedicados. Se siente muy cálida su casa y es pequeña, Fran no deja de sonreír y se ve muy orgulloso de presentarnos a su familia.
Su esposa es médico y mi amiga Paulina también, así que empiezan a platicar de la profesión y de pronto ya estamos viendo fotos de su trabajo en África, como cirujana de reconstrucción nos narra los casos más insólitos que haya visto e incluso aquellos que ni en libros pudo leer. Las imágenes son las más fuertes que yo haya visto en mi vida:
- deformaciones
- quemaduras
- rostros deformes
- miembros irreconocibles
Para la familia de Fran fue muy buena experiencia pues gracias a eso tienen el taxi ahora y generan un ingreso adicional. Fue difícil, ya que la bebe tenía 1 año cuando su madre viajó y 3 años estuvo fuera. Son sin duda sacrificios que valieron toda la pena y hoy están cosechando lo sembrado. Nos despedimos no sin antes recibir un regalo de parte de su esposa, agradecemos mucho el gesto y Fran nos lleva al hotel para la última noche de fiesta.
Él se rehusaba a entrar con nosotros pues sabía que existe el cover también para ellos y nunca le gustó abusar. Sin pensarlo le decimos que lo invitamos, pasamos cerca de 3 hrs ahí y gracias a que uno de los miembros ya estaba en un estado inconveniente decidimos salir del lugar.

A mi salida me encuentro con un tipo que me dice muchas cosas a la vez,que no entiendo y de pronto me entero que es Raúl, el taxista insoportable que conocimos y que decidimos ya no contratar. Me reclama que lo dejamos plantado etc., le digo que venimos con Fran y qué así es esto, a veces te toca y a veces no. Se enoja y Fran lo pone en su lugar de inmediato. Raúl se aleja y todos regresamos bien al Hotel.
Alguna vez le pregunté a Fran cuál sería el país que le gustaría conocer y de inmediato me dijo México, estoy seguro que tendrá oportunidad de hacerlo pronto. Estoy seguro que su honestidad, su entereza y la forma en la que su familia ha elegido vivir ayudando a otros es la razón por la que sigue valiendo la pena confiar en las personas y una razón para regresar a la Isla.